El cerdito viene vaciado, deshuesado y condimentado su interior con hierbas aromáticas, especias y sal (estos ingredientes marcan la diferencia entre las diversas zonas del centro de Italia donde se produce). Después viene asado lentamente en el horno a alta temperatura. El lento asado proporciona a la carne un gusto y una fragancia únicas, así la carne se mantiene mórbida. Gracias al dorado externo adquiere la costra tan crujiente y típica. Cuando no se utiliza el animal entero, se hace con la carne más sabrosa y tierna de cerdos de un año y de peso no superior a los 100kg.