Es toda una invención italiana que se remonta al siglo XVIII cuando los tomates cocidos, aplastados se conservaban en tarros de cristal. La primera fábrica se abrió en Turín en el 1875.
Para hacer en casa
Para 4 tarros de 500 grs cada uno se necesitan 2kg de tomates pelados. Se pelan metiéndolos, un poco, en agua hirviendo con sal. Después de pelados se meten en los 4 tarros con alguna hoja de albahaca y si se quiere de laurel también. El tarro se cierra y en una cazuela o recipiente grande se colocan. Se echa agua hasta cubrirlos y se ponen a hervir. Hirviendo se tienen unos 45 minutos, se deja enfriar el agua, se sacan y se conservan en un lugar seco, fresco y oscuro.
"Il sugo" se embota de la misma manera. Si te ha quedado demasiado líquido se densa: Echándole maicena diluida en un poco de agua caliente (dos o tres cucharaditas), dejándolo cocer un poco más mientras que se remueve, o añadiendo concentrado de tomate.
Si te ha quedado demasiado denso diluirlo con zumo de tomate, con agua hirviendo o caldo vegetal hirviendo, siempre hasta conseguir la densidad deseada.