Paradójicamente, uno de los síntomas de que algo sigue vivo más allá de su existencia es la ausencia que deja. Ese sentimiento de nostalgia es una manera de que siga vivo Altos Hornos de Vizcaya un cuarto de siglo después de su cierre. Esas ausencias y, a la vez, vivencias las han recopilado Javier Rodríguez y Mario Montenegro en el libro Ausencias, una obra que, a través de fotografías y textos, narra historias de los trabajadores de la emblemática empresa de Ezkerraldea.
El libro recoge las fotografías que ha realizado Javier Rodríguez, anterior director de la Agencia de Desarrollo Local, Inguralde. Los textos han sido recogidos por el hostelero y escritor Mario Montenegro, que estudió las fotografías y recabó información sobre la vida y costumbres de los trabajadores de Altos Hornos a través de los testimonios de extrabajadores de la fábrica.
Mario Montenegro tiene múltiples cualidades. Es filólogo, narrador y poeta y hostelero. Se considera algorteño habiendo nacido en Irún y ahora mismo vive en Bilbao y trabaja en Barakaldo. Y entre hoteles y tabernas ha tenido tiempo para escribir en periódicos, agrupar poemas e ir narrando su vida en forma de cuentos.
Javier Rodríguez dirigió Inguralde, bajo el lema "hacer-hacer". Pero su gran pasión era la de "ver-ver". Acostumbrado a observar la vida como si fuese el encuadre de una cámara fotográfica. Desarrolló su afición al calor de la Agrupación Fotográfica de Sestao. Su militancia fue intensa en la época analógica y de revelado casero. Con exposiciónes sobre AHV, viajes a la Antigua URSS y por otros mundos. La digitalización le aporta comodidad para utilizar otras técnicas, otras formas de mirar y de crear.
