El vaso es un recipiente que utilizamos para beber los vinos y por éso, es fundamental que tenga ciertas características y sea agradable tanto cuando se coge en la mano como cuando se lleva a la boca. También es un objeto decorativo en la mesa.
El cristal tiene que ser de óptima calidad para garantizar la transparencia y sutileza que permitan poder observar mejor el color y otras características del vino.
La forma tiene que ser adecuada para cada vino. Se caracterizan formas de vasos para: El vino blanco ,vino blanco reserva, vino tinto, vino tinto reserva, espumosos y dulces.
- Vasos de tamaño medio para los vinos blancos jóvenes, rosados, tintos jóvenes y cosecheros.
- Vasos grandes y amplios para los vinos maduros tintos y blancos.
- Vasos amplios para tintos reserva.
- Vasos flauta para los espumosos.
- Vasos cáliz pequeños con columna larga para los dulces y licorosos.
Los vasos tienen que estar a la temperatura del vino: Fríos para los espumosos, frescos para los blancos y dulces y a temperatura ambiente para los tintos.
Tienen que ser agradables tanto cuando se cogen en mano como cuando se llevan a la boca.
Deben estar limpios y secos (secados con un paño que no deje pelusa).
Todos ellos permitirán la oxigenación, emanación de aromas, apreciación de burbujas…del vino.