Limoncino, limoncello está de moda como digestivo, servido bien frío, rico de todos los sabores de los pequeños y perfumados limones amalfitanos con los que está hecho. Este licor tiene origen en la Costa Amalfitana, y sobre todo, en la Isla de Capri donde se cultivan biológicamente los pequeños limones autóctonos de los que se extrae la piel (sin lo blanco amargo) que es la base.Como aperitivo se mezcla con ¾ partes de agua de sifón. En la cocina como aromatizante de dulces, en las tartas al limón, en el bizcocho, en la pasta brisé, en las cremas... va muy bien. Un buen truco es aquel de añadirlo al sorbete de limón o bañar los helados de fruta. A quien le gustan los sabores fuertes, lo usa como base de cócteles. Se pone sobre las fresas, sobre la compota de manzana, etc.En vasitos de chocolate servido está irresistible. Receta: Con un cuchillo muy afilado pelar 6 limones, un poco verdes, con cuidado de no cortar lo blanco de la piel que es amargo. Poner las peladuras con 6 hojas de hierba aluisia o Luisa o melisa en el alcohol (1 l.) para licores (95º) en un frasco tapado dejándolo en infusión durante 7 días. Después colarlo, mezclarlo con un almíbar (1/2 l. de agua con 400 gr. de azúcar blanco hirviendo durante 5 minutos) frío. Dejar reposar en el frasco tapado durante otra semana. Filtrarlo por un colador muy fino. Se sirve frío y en vasitos.