Hace 11000 años, entre los ríos Tigris y Eufrate, se las ofrecían a los dioses para propiciar un buen clima para su cosecha. Sus propiedades culinarias y medicinales han sido el impulso de grandes expediciones organizadas, en la antigüedad ,en búsqueda de nuevas rutas para alcanzar, a través de tierra o mar, otros países donde crecían otras hierbas aromáticas. Además de procurarnos un placer olfativo y gustativo nos aportan principios nutritivos, vitaminas y sales minerales útilies a la digestión y al metabolismo celular. Son productos vegetales que en estado fresco o seco aportan a los platos aromas y sabor, además de propiedades curativas muy beneficiosas. Dependiendo de la hierba se emplea sus flores, raíces, hojas, tallo etc. Las más utilizadas son: albahaca, cebollino, eneldo, estragón, hierbabuena, laurel, mejorana, menta, orégano, perejil, perifollo, romero, salvia, tomillo.
Culinariamente se rigen por tradiciones muy distintas en cada país, existiendo hierbas preferidas o esenciales en cada rincón de las diversas cocinas del mundo.