Afín a Pantalone, a veces su amigo, otras su enemigo. También se le llama Graziano, Balanzone (de bilancia, balanza, símbolo de la justicia), Faccanappa. Es de Boloña. Su ropaje no varía mucho a lo largo del tiempo: Su traje es negro con chimere y gorro doctoral, gorguera y cuello blancos, un par de guantes en la mano, un pañuelo enroscado a la cintura y en la cara, una gran nariz.
Por lo general es un hombre rico, de buena familia. Puede ser un hombre de leyes, de medicina, astrólogo, literato… también puede ser un charlatán y su posición social degenerar.
El doctor entra en escena y sale sin haber realizado algo concreto, sólo habla como los doctos de la época del renacimiento: La fuerza dramática del personaje depende, más que nada, de sus extraños discursos. Siempre expresa su opinión en todas situaciones, su cabeza está tan llena de erudiciones librescas que le resulta difícil hablar de forma lógica. A veces el efecto cómico de sus discursos viene por ser desproporcionadamente largos, a veces con errores ridículos
Entre sus defectos está la avaricia, entre las debilidades el gusto por el vino. No tiene mucha suerte con las mujeres que se ríen de su voz, de su cara roja, de sus suspiros y de sus seniles torpezas.
Su máscara es verbal, su imagen toma cuerpo más que en la iconografía, en la escritura hasta el Setecientos, a partir de entonces, sus obras se vuelven repertorio a disposición de los intérpretes. Forma parte junto a Pantaleón y el Capitán el trío de los “vecchi”, el triángulo satírico del poder.