El nombre de este queso tiene dos orígenes: La ciudad de Robbio, en el valle de Lomellina (Lombardia)productora de este queso desde hace siglos, y el latino “rubium” (rojo), por recordar el color rojizo que toma la corteza de este queso cuando se cura. Esta palabra, aún, viene usada por los productores para indicar quesos, de mesa, frescos, con característica muy diferentes. La robiola clásica es aquella un poco curada, parecida al taleggio pero de un formato menor, que se produce en Valsassina.  Tiene la pasta blanda, de color blanco amarillento y sabor entre dulce y picante, ligeramente ácido. La piel es fina en el queso fresco, más consistente, rojiza y rugosa con la maduración. Hay diferencia entre la picante, sin corteza, en la que se desarrolla un Penicillium marrón que la hace sabrosísima. Pueden venir marcadas con diminutivos (robiolette, robioline).

Puede estar elaborada con leche pasteurizada o no de vaca, cabra, oveja o mezcla. Es un queso poco graso, 27%,  de pasta cruda, sin cocer.

Se conserva en un lugar fresco hasta un mes.

Se puede servir como queso de mesa solo o con aceite, sal y pimienta o en otras combinaciones