La mostarda es una especialidad gastronómica típica de Italia de Norte y Toscana.

Permite exaltar los sabores con originalidad y llevar color  y gusto a la mesa.

Hay muchos tipos de mostarda según su lugar de procedencia: De Vicenza, Mantova, Cremona, Voghera, Piemonte, Veneto, Forlí, Calabria, Puglia, todas ellas hechas con frutas (peladas o no) candidas.

Sus materias primas (pera, albaricoque, melocotón, cereza, mandarina, higo, cedro, membrillo, ciruela, piña, melón, almendra..) seleccionadas y recogidas en su justo punto de maduración, después de candidas se sumergen en un jarabe, aromatizado con jengibre que otorga el original sabor dulce-picante, o mosto fermentado de uva.

Ahora  se encuentran también de hortalizas: Calabaza, pimiento, cebolla…

Combinan extraordinariamente con queso fresco (Ricotta, Mozzarella) y azul (Gorgonzola), con carne (sobre todo de cerdo) y foié.

La mostarda cremonese es la más famosa. Se conoce desde el 1397 cuando,según la leyenda, a un pinche de cocina se le cayó un melón en un barril con  miel. Esta asociación de sabores fue fundamental para la sucesiva evolución del producto.

Giuseppe Verdi envió a unos amigos la mostarda  con una nota”¿Qué se puede encontrar de bello en Cremona?: Los turrones, la mostarda y el Torrazzo” (torre campanario de la catedral).