Depurativa, protectora del hígado y de la vesícula ya que incide sobre la producción de bilis. Metaboliza bien las grasas, reduce el colesterol y la urea, contrarresta el desgaste intelectual. La toleran bien los diabéticos.
En el s. XVI se consideraba afrodisiaca por lo que estaba prohibida. Su elevado coste reservaba su consumo a la aristocracia.
Las alcachofas frescas una vez cocidas (con agua y limón) deben comerse antes de 24 horas puesto que se oxidan rápidamente y pueden ser tóxicas.