El babà es de origen polaco pero se ha convertido en un dulce típico de la pastelería tradicional napolitana.

A Stanislao Leszozynski, rey de Polonia (1704-1735), por un descuido se le cayó el ron al kugelhupf, pastel que le aburría. Este pastel bañado por el ron agradó tanto al rey que se lo dedico a Ali Babà, protagonista del célebre libro “Las Mil y Una Noches”, libro que el soberano leía y releía en su destierro en Lorena (Francia).

Los “monsù”, chefs franceses que prestaban sus servicios a las familias nobles napolitanas, lo llevan a Nápoles y es allí, en Nápoles, donde se define su forma definitiva: la de un hongo.

El cocinero Angoletti en 1836 escribe un manual culinario donde, por primera vez, se describe la receta del babà, entonces con uvas pasas, canditi y azafrán (hoy estos ingredientes se han perdido).

El babà tradicional está hecho con harina finísima, mantequilla, azúcar y huevos. La masa se hace con levadura de cerveza. Es blanda y esponjosa.

Se puede encontrar bañado en Ron, Limonncello, Rosolio y otros licores.