Muy probablemente sus orígenes resalen al s.IV para sustituir la fiesta pagana de Lupercalia, ritos dedicados al dios de la fertilidad Luperco. Esta fiesta desencadenada y abiertamente en contraste con la moral y la idea del amor cristiano, se celebraba el 15 de febrero. Arcaico culto al lobo sagrado a Marte, después considerado Faunus Lupercus, divinidad del oráculo con carácter desordenado y salvaje invocada para la protección de los campos, bosques y pastores. Fue identificada en el dios griego Pan.
Etimológicamente Lupercus se identifica con el término latino Lupus (lobo) confirmando su naturaleza salvaje, estrechamente ligada a la cultura agro-pastoril arcaica.
En Roma, en torno a la cueva sagrada, a los pies del mote Palatino ,es donde se desarrolla la historia de la Lupa, Romolo y Remo. Aquí dos jóvenes masculinos después de sacrificar una cabra, venían señalados en la frente con el cuchillo manchado de sangre caprino, después limpiados con lana blanca bañada en leche. Estos adolescentes, después del ritual, tenían que reír y después de haber cortado en tiras la piel de la cabra, correr desnudos por la colina dando latigazos a los presentes y paseantes. Las matronas de Roma y las jóvenes mujeres, deseosas de tener hijos, salían a su alcance considerando que este acto, simbólico, las convirtiera en fértiles.
Plutarco lo definía “acciones rituales difíciles de explicar” aunque se puede considerar rituales iniciáticos a la sexualidad.
El Papa Gelasio I en el 496 d.C. decide cambiarla al día anterior dedicado a S. Valentín, decapitado el 14 de febrero del 273, por orden de Emperador Aurelio. S. Valentín se convierte así el protector de los enamorados. Los benedictinos, primeros custodios de la basílica del Santo en Terni, a través de sus monasterios divulgaron esta fiesta.
Geoffrey Chaucer en sus “Cuentos de Canterbury” asocia Cupido a S. Valentín.
Recetas
Pasta di cacao con salsa alle fragole
Menú de S. Valentin